El objetivo del día, hacer vivac en el Preikestolen, una mole de granito que desafía a la gravedad con una caída de 650 metros en vertical con un poco de desplone hasta desaparecer en las aguas del fiordo Lysefjord.
Si se quiere evitar el atasco de turista de las ordas de utobuses mejor subir por la tarde, hay que tener en cuenta que practicamente tienes luz todo el día, el parking cierra a las 22:00, y no se permite la pernocta de caravanas ni campers.
Si te decides por hacer vivac, ganas unas vistas impresionantes con unos cambios de luz al ocaso que atenúan todo a tonos pástel y un amanecer que se queda en las retinas para siempre, cuando decimos amanecer, en Noruega es sobre las 5:00 AM. Con el modo vivac ganas la tranquilidad de poder hacer fotos del púlpito sin prácticamente gente, solo los que han decidido hacer lo mismo que tu.
Comenzamos el día haciendo la ruta costera North Sea Route entre Flekkefjord y Egersund, con dos paradas, Helleren y el precioso pueblo pesquero de Sogndalstrand.
Helleren
Es un monumento cultural que se encuentra debajo de una roca descomunal de granito formada por una montaña que sobresale en lo más profundo del fiordo Jøssingfjord. Con sus 60 metros de largo, este es uno de los más grandes de su tipo en Noruega. Debajo de esta losa han existido varias casas, pero hoy solo quedan dos casas de madera. Los edificios datan del siglo XIX, pero algunas partes de los edificios pueden ser considerablemente más antiguas. Se supone que ha habido un asentamiento permanente en Helleren desde el siglo 16.
Sogndalstrand
Esta localidad pesquera rebosa paz con sus casas de colores perfectamente combinadas para deleite del visitante, llama la atención, cuando llegas al puerto el ver como saltan los salmones en la desembocadura. Desde el anfiteatro delante del puerto se puede obtener una vista del conjunto urbano digna de postal.
Preikestolen
Seguimos la ruta desde Egersund hasta Preikestolen, que no extrañe al viajero que utilizando google maps acabes en un embarcadero para cruzar un fiordo, hay que programar bien la ruta pues si este no es una línea muy habitual puede que las horas para cruzar sean muy pocas y nos obligue a esperar bastante rato, pero vale la pena pues ahorra mucho kilometraje, que en Noruega transcurre más lento debido sobre todo a la orografía y a los límites de velocidad.
El parking es de pago, nos costó 250 NOK, unos 24 euros las 24 horas que dejamos la furgo. La ruta solo son 4 kilómetros hasta llegar al púlpito con 650 metros de desnivel, con una sucesión de escalones de tamaño considerable en un paseo demasiado adaptado al turismo, pero el premio final merece la pena, es abrumador y cumple totalmente las expectativas que llevábamos. Asomarse al borde para la típica foto solo está al alcance de las personas que no sufran vértigo y que no let engan respeto a las alturas.
Amanece, a los pies, el Púlpito