Viernes por la tarde y cuatro caguetas en acción abandonan la ciudad para comerse el mundo o parte de él, ganas no nos faltaban. Llegamos por la noche a dormir cerca del refugio del Montcaro, a buena hora para cenar la supertortilla que había preparado Dani con un buen vinito y después al saco.
Esa noche Lucía y Pere durmieron dentro de una piscina, porque la tienda que llevaban eso de transpirar no lo hace muy bien, pobrecitos que frío pasaron. Dani y yo hicimos vivac, sí volví a repetir con el vivac, esta vez sin sorpresas. Según Lucia y Dani esa noche tuvimos visita, no sabemos si la niña del camisón blanco con el patinete o algún animalito curioso.
Carena del Caro